Nuestras formulaciones de enzimas personalizadas resuelven los problemas causados por el procesamiento de azúcar a base de almidón y dextrano, lo que en última instancia conduce a una mayor recuperación, cristales mejorados y forma.  

La biotecnología ha contribuido a aumentar la eficiencia del procesamiento del azúcar y el ahorro de energía en virtud de enzimas hidrolíticas como la dextranasa y la amilasa.  

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Las enzimas hidrolíticas se utilizan como auxiliares en la producción y refinación de azúcar mediante la eliminación de materiales que inhiben la cristalización o provocan una alta viscosidad. En algunas partes del mundo, la caña de azúcar contiene cantidades significativas de almidón, que se vuelve viscoso, lo que ralentiza los procesos de filtración y hace que la solución se vuelva turbia cuando se disuelve la sacarosa.  

Este problema se puede superar utilizando la enzima alfa-amilasa más termoestable que es totalmente compatible con las altas temperaturas y valores de pH que prevalecen durante la etapa inicial de evaporación al vacío de la producción de azúcar.  

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Otro problema persistente involucra el dextrano. Un dextrano se produce por la acción de la dextransacarasa sobre la sacarosa y se encuentra como limo en el tejido dañado de caña y remolacha, especialmente cuando el procesamiento se ha retrasado en climas cálidos y húmedos. El dextrano tiene la molécula de sacarosa como parte de su estructura y, por lo tanto, inhibe el crecimiento de cristales de sacarosa. Esto produce cristales en forma de aguja que no se pueden recolectar fácilmente con equipos diseñados para cristales cúbicos. El dextrano puede producir una viscosidad extrema en las corrientes de proceso e incluso detener una instalación de producción.